Todo estaba como de costumbre, reuniones para conformar comisiones, revisión de planes y proyectos, determinar las acciones para el primer día de clases, etc. Hasta que el presidente declaró cuarentena obligatoria. Todos nos quedamos con incertidumbre por la situación que se venía. Sin embargo, seguimos hasta el día de hoy haciendo lo mejor que sabemos, ingeniarnos para salir adelante, dando soporte emocional a los estudiantes, siendo comprensivos con ellos y sus familias.
Si bien esta situación nos ha mantenido cerca a la familia, nos ha traído un reto para muchos, usar la tecnología para llegar a los estudiantes. En sí los días se pasan en preparar material, absorber dudas, revisar actividades que envían los estudiantes, realizar nuestras propias actividades de los cursos de capacitación, cómo usar los medios de la mejor manera; nos inscribimos en más cursos de capacitación, revisamos tutoriales, compartimos experiencias. Por otro lado, los jóvenes estudiantes están haciendo lo que repetíamos constantemente, usar la tecnología para aprender y demostrar sus aprendizajes, con las limitaciones particulares, van avanzando.
El confinamiento es por el bien de todos, pero se extraña las clases en el aula, el bullicio de la hora de recreo y las horas libres departiendo con los colegas. Paciencia es lo que tenemos de sobra y esperemos que todos cumplan con las recomendaciones para mitigar el avance de la pandemia, para volver a encontrarnos.
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